2.2 Etapa neolítica y protoneolítico

El período Neolítico en México se caracterizó por el desarrollo de la agricultura y la domesticación de animales, lo que transformó a las sociedades prehispánicas de un estilo de vida nómada a un estilo de vida sedentario. El Neolítico se divide en dos subperíodos: el Protolítico y el Neolítico.

El período protolítico, que se desarrolla entre el 6000 y el 4000 a. C., se caracteriza por el uso de herramientas de piedra, cerámica y hueso, y las primeras formas de agricultura. Durante este tiempo, las sociedades prehispánicas comenzaron a cultivar plantas como el maíz, el algodón y el frijol, ya domesticar animales como las perdices y las cabras.

El período Neolítico, que se desarrolló entre 4000 y 2000 a.C., vio un desarrollo tecnológico acelerado y estructuras sociales y políticas más complejas. Durante este período, las sociedades prehispánicas comenzaron a establecer asentamientos permanentes y desarrollaron cerámica y metalurgia más sofisticadas.

En México, uno de los principales centros de desarrollo del Neolítico fue la Cuenca de México, que contiene importantes sitios arqueológicos como Tlatilco, Cogolludo y Cuicuilco. Entre los sitios se encontraron asentamientos permanentes, cerámica y restos de agricultura y domesticación animal.

En conclusión, el período Neolítico en México se caracterizó por el desarrollo de la agricultura y la domesticación de animales, lo que permitió la transición de las sociedades prehispánicas de un estilo de vida nómada a uno sedentario. El protolítico y el neolítico son en sí mismos dos subetapas del neolítico. El principal centro de desarrollo del Neolítico en México fue la Cuenca de México, donde se han encontrado importantes sitios arqueológicos como Tlatilco, Cogolludo y Cuicuilco.

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